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Al igual que el sentido del tacto permite a las personas manipular los objetos en función de su consistencia, los bates que "sienten" ayudan a la máquina a tratar el balasto de forma óptima. Pero, ¿cómo se enseña a "sentir" a una bateadora?

El bateo es un proceso complejo en el que, pese a la gran variedad de condiciones marco existentes, siempre se tiene que obtener el mejor resultado posible. Entonces, ¿cómo encontrar los parámetros óptimos ante la variabilidad en las condiciones del balasto, los valores de levante, los tiempos de cierre de bates y la profundidad de bateo? Y, ¿qué es exactamente lo óptimo? El proyecto de investigación TAMP lleva abordando estas cuestiones desde 2015. Su objetivo es que la máquina reconozca el estado del balasto y, en función de este dato, pueda seleccionar los parámetros para un bateo óptimo. Esto allanará el camino hacia la automatización total con una posición de vía de máxima calidad.

De la investigación básica a la práctica

Obviamente, en TAMP, la investigación científica básica no es un fin en sí mismo. Un importante objetivo inmediato era y es descargar de trabajo a las personas mediante la tecnología y permitir que también los operarios menos experimentados logren resultados de alta calidad de forma constante.

Las primeras aplicaciones basadas en este proyecto de investigación ya están disponibles bajo la denominación general de Plasser SmartTamping. El sistema Plasser TampingControl reconoce, por ejemplo, si la cavidad bajo una traviesa aún no está completamente llena e indica al operario de la máquina si es recomendable o incluso necesario iniciar otro proceso de cierre de bates. Plasser TampingReport también documenta, además de otros detalles relevantes para la calidad, el estado del balasto y facilita así la planificación de futuras medidas de mantenimiento.

Las fases importantes del proceso de cierre de bates

Una vez que el emparrillado de vía ha sido levantado hasta la posición deseada y los bates oscilantes se hayan insertado en el balasto, comienza el proceso de cierre de bates.

Relleno: los bates se mueven el uno hacia el otro (movimiento de cierre de bates), empujando así el balasto y juntándolo debajo de la traviesa para rellenar la cavidad creada por el levante.

Compactación: cuando la cavidad haya quedado rellenada por completo, la continuación del movimiento de cierre y la vibración de los bates producen la compactación óptima del balasto.

Después, los bates se vuelven a sacar del balasto. Todo el proceso se repite varias veces por traviesa, según sea necesario.

Los datos necesarios para ello proceden del así denominado "sistema de medición reducido", montado sobre el grupo de bateo y compuesto por sensores que miden la presión hidráulica, así como transmisores de ángulo de giro. Gracias a la investigación básica, la tecnología de sensores pudo reducirse al mínimo, lo que repercute positivamente en los costes de adquisición y las necesidades de mantenimiento.

Los resultados obtenidos hasta la fecha con TAMP permiten esperar nuevos avances. Sin duda, los bates sensorizados que "sienten" ya constituyen un paso importante hacia la automatización total del proceso de bateo, maximizando, al mismo tiempo, la calidad.

Este es un extracto de un artículo de P&T Research. Puede encontrar el artículo completo en www.plassertheurer.com..


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