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Tecnología de fresado para el tratamiento eficiente de carriles

Para cumplir con los requisitos futuros de movilidad y transporte de mercancías, es indispensable contar con un sistema ferroviario eficiente, seguro y respetuoso con el medio ambiente. En este contexto, el punto en el que se encuentran los dos elementos del sistema, el vehículo y la vía, juega un papel fundamental: se trata del contacto rueda-carril. Por más que los materiales de las ruedas y de los carriles sean de última generación, los daños por deformaciones plásticas, los desgastes del perfil y la fisuración de los carriles (fatiga por contacto de rodadura) son inevitables. Para garantizar, pese a todo, la máxima vida útil posible de este elemento básico de la vía, el carril, hay que adoptar medidas de mantenimiento de carriles regulares.

Dipl.-Ing. Dr. mont. Richard Stock
Director mundial de Rail Solutions, Plasser & Theurer

Estrategias de mantenimiento

Los administradores de infraestructuras disponen de diversas opciones para poner en práctica un mantenimiento de carriles focalizado. En términos de costes y vida útil de los carriles, la estrategia ideal es la de un mantenimiento preventivo. En este caso, el carril se mantiene prácticamente libre de defectos. Los posibles daños en la superficie y las alteraciones en el perfil se subsanan o bien permanecen en un estado controlable mediante intervenciones regulares y la eliminación de pequeñas cantidades de material en cada intervención.

En una estrategia de mantenimiento correctivo, los defectos pueden llegar a alcanzar una profundidad media/grande. Este tipo de estrategia permite, por consiguiente, intervalos más amplios entre los tratamientos, pero requiere, como contrapartida, eliminar bastante más material de los carriles en cada intervención. En general, la vida útil que se consigue para los carriles suele ser menor que con una estrategia preventiva y los costes del ciclo de vida son, en consecuencia, mayores.

Un lugar especial lo ocupa el mantenimiento regenerativo, donde el carril es devuelto a un "estado nuevo", prácticamente con independencia de su estado inicial: literalmente, el carril se regenera. Las características clave de esta estrategia son la eliminación al 100% de todos los defectos superficiales, así como el restablecimiento completo del perfil teórico deseado. Se suele aplicar cuando las otras estrategias ya no tienen sentido por la naturaleza de los defectos, pero el carril todavía dispone de suficientes reservas de desgaste. Después de una regeneración satisfactoria, se puede (re)adoptar una estrategia preventiva a fin de maximizar la vida útil restante del carril. De esta forma, se evita una sustitución prematura de los carriles.

Para las estrategias de mantenimiento citadas es indispensable realizar un registro del estado de calidad de los carriles mediante la tecnología de medición correspondiente. Solo si se conoce el alcance de los defectos en los carriles (perfil transversal, perfil longitudinal, profundidad de la fisura), se puede aplicar la medida correcta de forma focalizada y eliminar la cantidad de material que proceda. El sistema de medición también sirve para la documentación del nuevo estado de los carriles.

Tecnología de fresado para el tratamiento de carriles

Además del esmerilado de carriles clásico (proceso abrasivo), en los últimos 25 años se ha consolidado a nivel mundial el fresado de carriles. Esta tecnología de mantenimiento consiste en la eliminación en seco del material de la superficie del carril. Las virutas producidas en este proceso se recogen mediante un dispositivo de aspiración extremadamente eficaz y se almacenan temporalmente en el correspondiente depósito de la máquina fresadora. A diferencia del esmerilado de carriles, donde el polvo generado por la abrasión queda distribuido uniformemente por la vía, el fresado convierte un "producto de desecho" en una materia prima valiosa y reciclable. El proceso de corte no desprende chispas, por lo que sirve también para entornos con alto riesgo de incendio. Y, debido a la ausencia de polvo y chispas, el fresado de carriles es especialmente adecuado, entre otros, para su uso en túneles. La retirada de material es variable, de 0,1 a unos cuantos mm por pasada (dependiendo del tamaño de la máquina), y permite la eliminación completa de los defectos profundos en la superficie, así como el restablecimiento completo del perfil teórico del carril. Dado que el perfil resultante viene definido por la forma del cabezal de fresado (una herramienta de corte giratoria), la interacción por parte del usuario es mínima. Además de crear un perfil transversal y longitudinal preciso, la tecnología de fresado de carriles utiliza un proceso de pulido integrado para conseguir una superficie de rodadura que cumple incluso las normas más estrictas en materia de rugosidad superficial y emisiones de ruido admisibles. Durante el fresado, la superficie del carril es mecanizada con cuidado para evitar un calentamiento no deseado.

Por las características descritas, el fresado es una tecnología esencialmente complementaria al esmerilado de carriles clásico, aunque hay ciertos ámbitos en los que estas tecnologías se solapan y el fresado puede sustituir y, de hecho, sustituye, al esmerilado de carriles.

Una innovadora tecnología de fresado para Norteamérica

Plasser American estrenará la primera fresadora de carriles del tipo Romill Urban 3 E³ del mundo en Norteamérica. Esta fresadora de carriles, fabricada por Robel junto con Schweerbau International, fue diseñada especialmente para áreas urbanas y, gracias a sus dimensiones compactas, también es adecuada para los gálibos más estrechos en túneles. Además de las numerosas innovaciones relativas a la propia tecnología de fresado, esta máquina por primera vez integra un concepto de accionamiento híbrido en una fresadora de carriles. Gracias a la tecnología de baterías utilizada, la Romill Urban 3 E³ puede trabajar sin ningún tipo de emisiones hasta tres horas. Para actuaciones más largas, un motor diésel integrado sirve como "extensor de la autonomía" y como estación de carga rápida. Como es natural, las baterías también pueden ser recargadas de forma externa.

Con la Romill Urban 3 E3, Plasser American atenderá principalmente a los clientes de áreas urbanas (metro, tren ligero, tranvía), aunque también contempla escenarios de aplicación en el sector del transporte pesado. La Romill Urban 3 E3 empezará a funcionar en Norteamérica en la segunda mitad del año y maximizará de forma sostenible la vida útil de los carriles mediante una tecnología de mantenimiento de vanguardia.


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