42 años después de la presentación del primer estabilizador dinámico de vía durante las jornadas profesionales sobre superestructura de 1975, también en 2017 se podrá ver un DGS en el evento actual, la iaf de Münster. A día de hoy, ya se han suministrado más de 900 máquinas a 45 países. En los continentes con líneas ferroviarias se han convertido en máquinas tan habituales como imprescindibles a efectos de asegurar una explotación segura, sobre todo en las líneas de alta velocidad. Sólo la combinación de una carga vertical con una oscilación horizontal, tal y como la aplica el DGS, garantiza, mediante un asentamiento inicial controlado, las características físicas exigidas al lecho de balasto tras una conservación o una nueva colocación de vía.
La “variable impact force” es la fuerza de impacto variable. Con la introducción de la masa excéntrica con desplazamiento radial hidráulico en el eje de accionamiento – un reto debido a las dimensiones de las masas móviles – se aportaron nuevas mejoras para el trabajo en la práctica. Gracias a ello se puede regular la profundidad de influencia de la vibración, ajustando la amplitud. En entornos sensibles, como travesías de poblaciones o puentes, puede trabajarse con una vibración mínima, ajustando correspondientemente la velocidad de avance. Aunque esta innovación tecnológica apenas sea visible, proporciona una mayor seguridad en la posición de la vía y una mayor vida útil de la vía sobre balasto: el asentamiento inicial controlado crea una geometría de vía duradera. El DGS 62 N expuesto en la iaf, autopropulsado y con carrocería abierta, es empleado por MAV en sus líneas de ancho normal en toda Hungría.